A finales de 1977, completada su primera y gigantesca gira mundial, plasmada en el espléndido triple Wings Over America, el grupo quedó reducido a tres. Habían abandonado el guitarrista Jimmy McCulloch y el batería Joe English. Quedaban Paul, Linda y el siempre fiel Denny Lane, en realidad la formación inicial y con el tiempo nuclear de Wings. Preparaban su siguiente álbum, gran parte del cual se iba a grabar a bordo de un barco en las Islas Vírgenes. Y a Paul McCartney se le ocurrió editar un single por Navidad. Costumbre muy beatle –o muy de los 60- intercalar sencillos entre álbum y álbum, para no perder la continuidad, para avisar de lo que estaba por venir. Su nuevo trabajo iba a llevar por nombre London Town, y para esa cita previa eligió ambiente escocés. Y casero, pues Mull of Kintyre es una región costera donde por entonces el matrimonio McCartney tenía su residencia. Al son de las gaitas, que en realidad no eran tales sino guitarras pasadas por el sintetizador, Paul compuso una balada a su más puro estilo, realzada por la atmósfera intransferible de aquellas tierras. Publicado en diciembre del 77, en pocos días se aupó al número 1 de las listas británicas. Pero no solo eso. Pulverizó el record del single más vendido hasta le fecha en las islas. Que databa, ojo, de 1964, y que ostentaba nada menos que el She Loves You de los Beatles. Eran ya otros tiempos, cierto, pero en 13 años muchos habían pasado sin superar ese listón. Dos después, Relax de Frankie Goes to Holliwood establecería el siguiente record. Luego habrá habido otros, da igual. Este día que es hoy, yo os quiero regalar Mull of Kintyre.
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