Un Madrid-Betis manque las antípodas

Las motos en Australia, la F-1 en Corea, el tenis en Shanghai y el Mundial de Rugby en Nueva Zelanda. Un fin de semana no apto para europeos. Los horarios, digo. Y como no están los cuerpos para aquellas hazañas insomnes, pues hemos tenido que conformarnos con ver fútbol. Claro que un Real Madrid-Betis apetecía, después de algún tiempo. Y los verdiblancos vistiendo como solían en el Bernabéu, esto es, de verdiblanco y pantalón negro. Un equipo con un entrenador con criterio, Pepe Mel, que por cierto esta semana se ha dado un buen baño de masas, entre su libro y su tercer grado del sábado, buena campaña de Comunicación se ha o le han montado, solo le ha faltado salir en Sálvame o uno de estos. Pero como digo, un hombre normal, sin aspavientos ni aires de nada, que sabe los jugadores que tiene y dónde colocarlos. Como colocaba a los del Rayo hasta que le descolocaron a él y todavía andan arrepintiéndose de la fechoría, no sé si en Vallecas le concederán la insignia de oro o le harán socio de honor dentro de diez años, como a otro entrenador en otro club que yo me sé. Pero yo se lo decía a los béticos el año pasado, y no me hacían caso: tenéis entrenador. Y mientras lo tengan, ese equipo sabe a lo que juega, tiene un plan, un medio campo que juega, corre y levanta la cabeza. Luego, pues las cosas de los partidos. Si no muerdes arriba… o si contra el Madrid te duermes un minuto, a la vuelta del descanso y el portero, que hasta ahí estuvo impecable, duda una sola vez… pues te abren en canal. Ojo que este partido ha sido

Más opio para el madridismo

Resultado concluyente, golazos, un Higuaín tocado por esa Hada Madrina que no sabemos si volverá a convertirle en calabaza cuando llegue al Camp Nou. Pero del Madrid nos siguen vendiendo una moto que solo anda cuesta abajo. Con marcadores 0-0 se gripa, no ve los caminos. Y eso que Mourinho nos tiene puesta la zanahoria, como ya hizo el año pasado varias veces. Cuando percibe cierto run run a su alrededor, saca a Kaká y a Özil para que no digamos, o nos deleita con otras elegancias. Tranquilos, ya vendrá el entrenador en estado puro y sacará el palo, cuando vengan los partidos top nos sacará el equipo top y nos atiborrará a trivotes, saldrán los aguerridos y los machotes, que de esos sí se ha armado bien este año y ya los tiene a punto a todos.

Por lo demás, lo triste de la tarde fue lo de Vadillo. Un palazo salir con 17 años al Bernabéu, todos mirándote, observadores de Inglaterra en la grada, todo desparpajo, un par de correrías por la banda, ay Marcelo, y a los 20 minutos te vas en camilla con la rodilla dada la vuelta. Hay que decirlo: Sergio Ramos le mete un empellón innecesario, sin venir a cuento; luego, lo que le lesiona es la caída, la peor suerte en el mejor momento. Esperemos que sea lo menos posible y, como leía ayer a un cronista, que vuelva pronto.

Y bueno, como también hemos de decir algo de las antípodas aunque no hayamos visto nada, me quedo con el

Nueva Zelanda 20; Australia 6, ¡qué poderío!

en la semifinal Sur del Mundial de Rugby. A ver si alguien me lo echa esta semana a alguna hora políticamente correcta. Porque una paliza así en ese clásico y jugándose el pase a la final, tiene que ser digno de verse. Tenemos la misma final que en el primer Mundial, en 1987, y en el mismo país. Desde aquel entonces, los All Blacks no ha vuelto a ganar esta competición, por unas cosas o por otras siempre han sido el máximo favorito y siempre se han quedado en el camino. Ahora lo tienen a huevo. No fallarán, espero. Lo siento pero no veo a Francia, por lo que he podido seguir no ha sido ni la segunda mejor del Campeonato. Pero en fin, Rugby es Rugby también. Y acuérdense de la que hizo Wilkinson hace ocho años, en la prórroga, en Australia… y contra Australia.