Una de Champions, desde cuartos

Mira que hoy es 17 de marzo, San Patricio, que aquí siempre le hemos dado buena cobertura. Pero habíamos prometido hablar hoy de la Champions. Mira que hoy Dublín es una gran parada, carrozas y ríos negros, no de radioactividad, de Guinness pura. Bueno, a algunos les gustaría que hoy hubiera parada militar en Madrid y sacaran a Mourinho en carroza. Porque así es la condición de algunos humanos. El niño que suspende seis veces seguidas, a la séptima saca un “5” y ya pide que le compren la PlayStation. No niño, de lo que te has librado es de que te ponga las orejas de burro por séptima vez, y la PlayStation todavía te la tienes que ganar. Este símil valdría para el Real Madrid en general. Para Mourinho, que es nuevo y no tiene la culpa de aquellos suspensos catedralicios, pues que simplemente estás donde tenías que estar, lo menos que se te puede pedir a ti y a tu equipo. Y además se ha conseguido con solvencia, sin sobresaltos. Mal partido en Lyon salvado por el resultado y reconfortante ejercicio de superioridad ayer, más que nada a partir del sensacional y fundamental gol de Marcelo. De acuerdo, pero esto todavía no da para homenajes. Me gusta que en las declaraciones que escuché ayer no se sacara pecho, claro que no oí todas. Hubiera sido muy de “menor” y ya digo, que el Madrid esté en cuartos no tendría que ser noticia. Ahora tocará calibrar la medida de lo que este equipo puede realmente dar de sí en Europa.

Lo que pasa es cualquier aspiración siempre estará condicionada por un techo, que es el Barça. Salvo sorpresas como la del año pasado, sigue siendo el indiscutible favorito. Por todo y lo mires por donde lo mires. Luego hay que ver en qué condiciones está este Madrid de medirse a un Manchester Utd o a un Chelsea. Ese sería el salto de calidad. Pero hay quien en vez de un salto prefiere tirarse por el trampolín olímpico, que toque el Barça y “acabemos ya con esta farsa”, que diría un amigo y además esta vez rima. Es decir, o que nos las den todas juntas o que salga el sol por donde salga, órdago a grande y que San Patricio nos pille confesados. Pero no hay indicios de que sea madridista, aviso.

Analizando estos cuartos, tenemos a tres ingleses, dos españoles, un italiano, un alemán y un ucraniano. Azulgranas y blancos aparte, que ya lo he dicho arriba, bien que los de Old Trafford y los de Standford Bridge no parecen últimamente tan temibles, especialmente tristones se ve a los de Ancelotti, pero en Champions siempre son un pez gordo. Del otro Premier se habla menos, por tradición, pero el Tottenham está jugando muy bien, puede ser un tapado de lujo; la liga italiana está de pena, al Inter le ha regalado el Bayern el pase a esta feria, pero una vez han llegado hasta aquí, pueden acordarse de que son los mismos que salieron campeones el año pasado y gente y oficio no les van a faltar; Al Shaktar Donetz hay quien no le quiere ver ni en pintura, además es un viaje incómodo, pero al fin y al cabo no están en temporada y enfrente tuvieron a una Roma lamentable; el representante del fútbol alemán es el Schalke 04, quién lo iba a decir, pueden felicitarse de estar ahí, ojo, se lo han ganado a pulso. Creo que es el rival que todos preferirían, excepto el Madrid. El enfrentamiento que en Gelsenkirchen todos desearían, excepto Raúl. No nos hagan y no le hagan esa faena.

No hay sorteo justo, pero uno que yo propondría, y podría dejar al menos bonitos partidos, sería: Real Madrid-Tottenham; Barça-Shaktar; Chelsea-Inter; Manchester Utd-Schalke 04. Verán como ese ya no sale. Luego, lo que no me gusta nada es que el sorteo vaya dirigido y ya tengas en perspectiva quién o quién te tocaría en semifinales. Prefiero que queden cuatro y la incertidumbre de cómo se van cruzar. En cualquier caso, como dije ayer en FB, qué bien se está en cuartos. Slantie!

Para terminar, mi deseo del día lo expreso en la imagen elegida. Fuerte, Eric.

P.D. Y antes de que me den por ahí, que ya les veo venir: que sí, que lo de Pepe es demencial y muy preocupante. No se pueden tolerar sus salidas de madre y encima sus reicidencias. No es cuestión de quedarse con diez por las buenas en una cita importante, que ayer muy bien pudo suceder, y sobre todo no es cuestión de que un día acierte y le parta la cabeza a alguien. A él ya se lo han hecho mirar. Entonces se lo tendrá que mirar el club.