Redes sociales, ¿a quién se le está yendo de las manos?

Pretender llamar la atención a toda costa no es informar. Es lo que puede decirse de una información reciente, según la cual Facebook es la causa del 20% de la separaciones en Estados Unidos. “Esto de las redes sociales se nos está yendo de las manos”, habrá pensado alguno a leer el titular. Ya leyendo el primer párrafo te das cuenta de que no es lo mismo, ya que concluye que la red social “se ha convertido en la principal fuente de pruebas del 20% de los divorcios…” Diferencia sustancial. Pero hay que irse hasta el último párrafo para leer “… que Facebook facilite la labor de los abogados, no significa que tasa de divorcios haya aumentado por culpa de la red social”. Ah, amigo. Entonces, ¿a qué viene ese titular? ¿Hay que leerse toda la información para deducir al final que el titular que nos hizo interesarnos por ella es inexacto, medio verdad o rotundamente falso? Eso es engañar. No es cuestión aquí de dejar mal a la periodista que firma la información, a la que no conozco y no tengo por qué dudar de su profesionalidad. De hecho, he encontrado otras noticias de otros medios sobre el tema con similar tratamiento en el titular, y éste, como sabemos, no es responsabilidad última del redactor. No voy a entrar ahora en eso. A lo que voy es que lo sexy, lo intrépido, lo que “vende” es meter ruido, desde luego, pero si con eso además generamos confusión, incertidumbre, desconfianza, y encima con respecto a algo popular o familiar en nuestras vidas, pues mejor. No digamos cuando se trata de tecnologías, donde existen evidentes zonas de desconocimiento en la población, con lo que se contribuye a crear mitos no ya exagerados, inverosímiles. Sales a las calle y oyes lo que gente de a pie dice de Internet, de Google, de las redes sociales…y te caes de espaldas. Informaciones como ésta que hoy tratamos contribuyen a extender esa ignorancia. Al final, resulta que la fuente originaria de la misma es un estudio de los abogados matrimoniales americanos, que aseguran que “se ha incrementado el número de divorcios que han aportado pruebas publicadas en las redes sociales”. Pues claro, menudo hallazgo. Igual que fueron los e-mails hace años, cuando empezábamos a usar el correo electrónico y resultaba novedoso. Si pasamos mucho tiempo en el bar, muchas de las cosas que acaezcan en nuestra vida ocurrirán allí o guardarán relación con algo de allí. ¿No decían que en Irlanda el 80% la vida la social de los ciudadanos se desarrollaba en el pub? Pues lo mismo si pasamos horas en Internet, y en concreto en cualquier red social. Si uno es fiel o no, honrado o no, canalla o no, bondadoso o no, ingenioso o no, estúpido o no, es por lo que uno es. Donde esté y con quien esté, así se manifestará, en la red social o en el jardín de su casa, y no porque Internet nos haga menos fieles, más canallas o más estúpidos. Pero claro, lo que “priva” es decir que el empedrado tiene la culpa, mucho más si en vez de tal es ilustre pedrería. Añadamos que ahora lo que se lleva para muchos no es lo que “se entiende” sino lo que “se quiere entender”… pero ese ya es otro tema. De verdad, ¿a quién se le está yendo de las manos?