Me contaron cuando estuve por allí que cuando era un chaval, a Novak Djokovic le vaciaban una piscina de su barrio para que pudiera entrenar el juego en pista rápida. Hace tres años, en semifinales de Australia, batía en tres sets a Federer y después se llevaba el torneo ante Tsonga, que a su vez había dejado a Nadal fuera de la final. Hubo muchos que vaticinaron entonces el declive del suizo y el nuevo reinado del serbio, con más pronunciamientos incluso que los de Rafa, que por entonces “sólo” había conquistado la tierra de Roland Garros. Tres años después, Nole gana su segundo Open de Australia, y es el segundo Grand Slam de su carrera, después de aquel. También después de superar a Roger en semifinales, también en tres sets. ¿Qué ha pasado en estos tres años? ¿Se le paró el reloj? O más bien que la cima se le hizo inalcanzable, jugó a gran nivel pero siempre tuvo a uno o a los dos fenómenos un peldaño por encima. Lo mismo que le había sucedido a su rival ayer. Porque la final de Melrbourne citaba a dos excepcionales tenista a los que el destino les había condenado a perdedores. Lo de Murray es aún más traumático, sigue sin ganar un grande y esta vez, como Djokovic, no tenía en frente ni a un Rolex suizo ni a un ciclón de Manacor. Y se ha quedado más lejos que nunca. Mi impresión personal es que debería tomar una decisión drástica, dejar a su madre en casa, que esa señora escocesa estará mucho mejor en su mesa camilla animando a su hijo por la tele mientras se toma una buena malta de la tierra. Viéndolo en diferido –no fui capaz de madrugar ayer- me fijé en la cara de los dos. En sus miradas. Parecían al borde del ataque. Con 5-4 para Nole y servicio de Andy, 15-30, un punto interminable, jugado con profundidad y con pasión por ambos, pero al final el passing del escocés se atasca en la red, punto de set que inmediatamente sería set y ya sabía que había perdido el partido. En efecto, a partir de ahí fue visto y no visto. A media mañana, supongo que habría jaleo en la fuente de la Plaza del Parlamento de Belgrado, como siempre que los serbios ganan algo, cosa que sí, sucede con bastante frecuencia. Ya tienen la Davis, ganada a fuego en noviembre contra Francia. Y Novak, que ya no entrena en la piscina y ni siquiera vive allí, presume de dos grandes, ha retornado a su punto de partida y tiene toda la temporada por delante. No nos la perdemos…
Un mojón pa Djokovic. Cuando sea más serio y se deje de tantas pamplinas lo ganará todo o más cosas. No lo vi, pero seguro que ayer no le dolía nada, claro iba ganando.
UN MOJÓN PARA EL SERVIO Y PARA CANAL CUATRO. ANTES NO PODÍAN PONER LA FINAL EN ABIERTO JUGANDO NADAL….. Y AHORA QUE NO JUEGA PUES EN ABIERTO….. YO DESDE EL CIERRE DE CNN+ HE QUITADO TELE 5 Y CUATRO DE MI TELE….. OS INVITO A QUE HAGAIS LO MISMO….. ADEMÁS ES UNA PUTA MIERDA TODO LO QUE PONEN……. NO SE SALVA NI UN PROGRAMA….. A CHUPARLA BERLUSCONI Y SUS TV
PERDÓN SERBIO……
Y vaya rodeo que estás dando para llegar a Pamplona o Granada o Madrid.