Que le paren, por favor

Que sí, que hoy iba a hablar de Mourinho, no cunda la impaciencia. Sé que se me esperaba y aquí estoy. Y sí, fríamente, como pretendemos hacerlo siempre. Pues esto es lo que opino: podrá ser un gran entrenador, un buen entrenador o un mediocre entrenador. Podrá conseguir todos los títulos que se le piden y que él promete. O no. Podrá jugar el Real Madrid mejor o peor, la mayoría le demandamos que mejor. Lo que no se puede admitir es que él sea siempre la estrella, el que da misa y repica, el que cocina, el que sirve la comida y el que se la zampa. Y se zampa las portadas, los primeros planos, los minutos de radio y hasta ya varios post de este blog. Miren, el Madrid podrá necesitar –y lo necesitaba como el agua- un tío serio, trabajador, con carácter, que mande, que maneje el vestuario, la estrategia, el escaparate y los entresijos deportivos del club, que planifique, que ponga firme hasta al público del Bernabéu, que no sea un pelele como todos sus predecesores desde Del Bosque –Pellegrini intentó no serlo, le fue muy mal, reculó y terminó peor. En efecto, necesitábamos a alguien así, fuera José Mourinho o fuera otro si es que lo había en el mercado o quería venir. Pero este precio es demasiado alto. Porque no son ya los millonazos que ha habido que poner sobre la mesa, es que el coste y el desgaste en imagen puede ser inasumible.

Me acuerdo cuando Maradona jugaba en el Barça, eran los tiempos de Núñez, y se quejaba de que en todos los campos adonde iban “nos odian”, producto de la gestión, las formas y los hechos de aquel presidente. Bueno, tampoco Diego hacía mucho para que les quisieran un poco más. Al Madrid le está pasando esto, desde ya hace algunos años, pero con este hombre estamos alcanzando nuevas cotas de odio. Y esto, aparte de lo que me duela, es que no nos va ayudar nada. Lo de esta semana pasada con el Sporting es sólo el último capítulo hasta ahora. Tu podrás pensar que el Sporting podría haber sacado otro equipo contra el Barça, todos podemos pensarlo o no, y es legítimo, pero siendo entrenador del Real Madrid debes guardar la compostura y ser cuanto menos elegante. Y ya que lo has soltado, de esto hace ya varias semanas, intenta correr un tupido velo, déjalo correr y que no se acuerden. Pero no, vas y lo espetas otra vez cuatro días antes del partido. Y claro, ya tenemos la guerra montada, el Molinón en armas, los jugadores sobre excitados, el bueno de Preciado desatado (y a mí siempre me ha caído bien este hombre, lo mismo que digo que quiero mucho al Sporting y me ha dado mucha pena todo esto). Y así salió un partido complicado, cuesta arriba, ganado in extremis, se podía haber empatado y dos puntos menos, que tal como está la Liga se pagan muy caros. (Por cierto, vuelvo a recordar algo que ya saqué el pasado lunes, los equipos que más trabajo le están dando a Madrid y Barça son Sporting, Hércules, Mallorca, Levante… y no los teóricamente grandes o medio grandes, excepción hecha y justo reconocer del buen Villareal que salió el sábado pasado contra un excelso Barça, que no se me olvide dar testimonio del gol antológico Messi).

Pero luego está la faceta mediática de Mourinho, que ya no es que me esté empalagando, es que ya me está agotando. En las previas del choque de ayer, en los medios de Madrid, de lo único que se hablaba, el tema central por encima de todos, era de dónde se iba a sentar Mourinho. Del partido, ná de ná. La retransmisión en directo ya la vimos, Mourinho cada cinco minutos, tras el cristal, por los pasillos, intentando tomar el ascensor (que estoy seguro de que alguien “aparcó” con toda la intención, tuvo gracia). Pero es que es todas las semanas, Mourinho por aquí y por allá, hoy dice esto, mañana lo otro, ahora sube el pan y luego la leche. Y sólo estamos en noviembre, queda toda la Liga, toda la Champions y toda la Copa. Claro, los periodistas que acuden a sus ruedas de prensa están felices. Y él no digamos. El centro de todo, todos pendientes de él, de sus chicles, de su libreta –que se deja a posta, no lo duden- de captar la atención de todo el mundo, de enviar mensajes desde absolutamente todo lo que hace. Yo no sé si en Inglaterra o en Italia le iba bien así, pero aquí todavía tiene muchas cosas que aprender sobre cómo manejarse con los medios españoles. Yo me ofrecería a asesorarle, y si me hace caso ya verían como en dos meses no le conoce ni la madre que lo parió (Alfonso Guerra dixit). Pero el tema y tal (Luis Aragonés dixit) es que no se trata ya de la imagen de Jose Mourinho. Se trata de la imagen del Real Madrid, y queda lamentable. Que le paren ya, por favor.