Hoy se cumplen 200 años de Libertad de Expresión en España o, mejor dicho, 200 años desde que este derecho se promulgó por primera vez. En fechas señaladas como esta todos nos apuntamos a denunciar el aplastamiento de este derecho fundamental, hablamos y nos llevamos las manos a la cabeza con lo de China, Marruecos, Cuba, Myanmar o Corea del Norte. Pero hoy pongamos que hablamos de la libertad de expresión en España. Porque reconozcamos que no han sido 200 años del todo brillantes, en este como tampoco en otros aspectos. Echando la cuenta mentalmente, creo a lo largo de estos dos siglos nuestro país ha pasado más tiempo privado de esta libertad que disfrutando de ella. Eso sí, llevamos digamos que 35 años seguidos de aparente felicidad, desde aquel “que no pasa ná… ¿o sí pasa?” de Fernando Esteso hasta la profusa circulación de información y opinión por infinidad de canales que observamos en nuestros días. No obstante, a lo mejor podría dirimirse una debate entre lo que sería la libertad de expresión “oficial” y la libertad de expresión real. Bueno, aquí se me ocurre plantear algunas cuestiones al vuelo:
– ¿Tenemos todos los ciudadanos de España verdadera libertad de expresión?
– ¿Existen en España intereses –no sólo estatales, también privados- que impidan o limiten el ejercicio de la libertad de expresión?
– ¿Es la libertad de expresión privilegio de unos colectivos y territorio vedado a otros? ¿Tienen más libertad unos que otros, más capacidad de decir lo que piensan?
– ¿Se puede en España opinar absolutamente todo de todos?
– Respecto a la prensa, ¿Son los periodistas o los editores los verdaderos ejercientes del derecho de libertad de expresión? ¿Lo son ambos?
– ¿Existe en España lo que podríamos llamar una jerarquía de la libertad de expresión?
– ¿Se cuestiona en España, de alguna manera, la libertad de expresión en alguna de sus manifestaciones?
– Sabemos que en España no existen castigos oficiales a la libertad de expresión pero ¿existen formas de castigo implícitas o digamos “oficiosas”, “de hecho”?
– ¿Se sojuzga a entidades o personas o se plantean juicios paralelos desde un pretendido ejercicio de la libertad de expresión?
– ¿Existe un enemigo de la libertad de expresión en España? Si existe, ¿Quién es? Aquí se puede decir 🙂
Podrían surgir muchas más preguntas. Como dato de referencia, os invito a consultar la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa (elemento esencial de la Libertad de Expresión) que elabora anualmente Reporteros sin Fronteras. España ocupa el puesto 39, ha escalado siete en el último año pero venía de dos años consecutivos perdiendo posiciones. También adjunto el cuestionario utilizado para el informe, que también nos podría aportar algunas ideas para la reflexión.