En buena se ha metido, o le han metido, a la ministra de Cultura con lo de la Ley de Economía Sostenible. Y mira que lo habían colado casi en la letra pequeña, si nos hemos enterado poco menos que de casualidad. Sin avisar, han encendido la mecha. Y ahora a ver cómo sale de esta González-Sinde. Porque si unos drásticamente le acusan de vulnerar los derechos fundamentales de los internautas, otros radicalmente le recriminan no ir más allá, pero mucho más allá, en la persecución del intercambio de archivos. Mal vamos. Aquí ya hemos escrito que lo que hace falta es sentarse, pensar y aplicar creatividad y sensatez. Y sobre todo, ir con la mente bien abierta. Hay un nuevo escenario que permite la difusión ilimitada de contenidos, y eso es una magnífica noticia, y hay propiedad intelectual, porque sin ella no habría creadores o habría muchos menos de los que hay. Y hay que conciliar ambos mundos, adaptarse el uno al otro, buscar inteligentemente la vía para sacar todo el potencial de ambos. Pero a esa mesa no se van a poder sentar los fundamentalistas de ambos bandos. Porque ni se puede ir con la guadaña del corte de Internet a mansalva como propugna la Coalición de Creadores –Promusicae, Egeda, SGAE…- y eso ya lo hemos criticado aquí duramente, ni tampoco con el discurso grandilocuente y falsamente libertario de, por ejemplo, Enrique Dans cuando profiere soflamas del estilo de “golpe de Estado digital”, una “falta de respeto a la democracia” o los “talibanes de los derechos de autor”. No señor, son autores que legítimamente piden cobrar por lo que hacen, como cualquiera haría. Mucho más coherente y sensata me parece la opinión de Alex de la Iglesia esta vez, que con todo lo que llueve en el cine con este asunto, tiene el empaque de proponer que se busquen alternativas –de pago, eso sí- para "bajar cine o música de la Red, legalmente antes de cerrar una puerta, que ya forma parte de la vida de mucha gente". En definitiva, lo inteligente es sentarse… la gente inteligente.
Totalmente de acuerdo en todo. Si el paisaje cambia debemos ser los bastante inteligentes para adaptarnos a él y no acabar por destruirlo, aunque esta es la tónica de hoy en día.