La pésima educación

Yo no soy padre ni madre. He vivido y vivo cerca de muchos padres y madres de distintas edades y generaciones. Por lo que yo he visto todos ellos me parecen normales, así que no creo que nadie que me conozca se vaya a sentir aludido por lo que cuente ahora aquí. Porque veo por ahí a cada padre y cada madre… Supongo que esos serán los de “mi hijo no”, “cuidado con decirle nada a mi hijo”, “mi hijo nunca haría eso”. Pero si están viendo a sus padres hacer lo mismo todos los días, ¿cómo no lo van a hacer ellos?

Respetando el anonimato y pixelándoles la cara, expongo el caso de varias familias a las que veo juntarse casi todos los viernes y algún que otro martes, jueves o miércoles, atizándose sus cubatas en un bar –también anónimo, lógicamente- hasta altas horas, los niños delante, los niños que no pueden aguantarse sentados, los niños que corren por el bar, entran y salen, se suben a las sillas de los clientes, se chocan con todo el que llega o se va. Los padres ni se inmutan, otro cubata en marcha. Y dicen y hablan de todo, en voz alta y sin cortarse. Algún día hasta he llegado a ver cómo, por no levantarse,  los progenitores encargaban los cubatas a sus hijos. Y ahí les veías a esos niños en la barra, subidos al taburete, pidiéndole al camarero el gintonic de mamá, el pamperoconcola de papá, el jotabé del papá de Manolito… y lo que es peor, quizás los pobres sintiéndose importantes de cumplir una misión destinada a la gente mayor. No he visto nunca a esos niños en su colegio. Me temo lo peor. 

Este es un caso, ya digo. Podría ser el de un padre dejándose el sueldo en la máquina tragaperras, o echando mierda en el monte, conduciendo al doble de velocidad de la permitida, descargando su bien cultivado repertorio de adjetivos sobre la madre del árbitro, bien repanchingado en el sofá… y la mirada atenta del niño con sus seis, ocho, diez años. “¿Y quién es usted para decirle a mi hijo…?” ¿Y quién es usted para exigir buenas maneras”? No sé, pero yo me eduqué en aquello de que ciertas cosas no se podían decir o hacer delante de niños. Y hasta la programación de televisión era consecuente con esa idea. Ahora parece que se impone una pretendida transparencia, la vida es así y así hay que mostrársela… pues bien, entonces, más que nunca, hará falta que alguien les explique muy bien y con mucho cariño por qué es así, qué es lo que está pasando y qué actitud deben tomar ante lo que ven.

En mi ciudad hay mucho mal educado y mucho aburguesado, y en otras que visito también, y si delante de sus hijos no disimulan, éstos serán igual de maleducados y aburguesados, ahora y sobre todo según se hagan mayores. Y entonces pasa lo que pasa, lo que estamos viendo estos días –y muchos otros días- en las noticias. Luego no le echen la culpa a los fabricantes de videojuegos. Estos van a su negocio, como siempre han hecho y también hicieron los fabricantes del Madelman o de la Nancy, qué nos creemos. Y no le echen la culpa a las televisiones, porque también van a su negocio, echan cuentas de la audiencia y le ponen a la gente lo que la gente –fundamentalmente los padres- quiere ver y además lo ven delante de sus hijos. Y no le echen la culpa al colegio, porque posiblemente lo que allí les llega es un niño mal criado y ya no se trata de educarle, sino de reinsertarle. Y entonces el profesor se encuentra con una tarea para la que no le habían preparado, se ve superado, y no me extraña que los haya que acaban en el psiquiatra. Por mucha chapa de Sheriff que ahora les quieran poner.

Todo esto es una opinión modesta y muy personal, a lo mejor estoy equivocado, pero a mí me parece que antes un niño descubría el mundo –o la mayor parte de él- cuando entraba en el colegio. Ahora lo descubre ya sin salir de casa, en la televisión, en el ordenador… pero entonces necesita más que nunca que alguien le guíe, que le explique, le libre en fin de equivocarse… porque a lo mejor lo que está conociendo es el mundo que parece ser, pero no el que realmente es. Y otra opinión modesta y muy personal, y perdón, pero a lo mejor hay parejas que cuando se plantean tener un niño están pensando en él como un juguete, como una mascota, un elemento que les hará su vida más feliz y distraída, incluso que será capaz de animar su ya anodina relación, cuando no aliviar una coexistencia tortuosa. Y no habrán caído en la cuenta de que esa cosa tan rica y tan mona no es para ellos, es para ella misma. Es una potencial persona nueva en este mundo y para que llegue a serlo de verdad, tendrán que ayudarle. Es decir, criarle. En fin, que opinen los que sepan algo más, yo aquí dejo lo que pienso. No soy padre ni madre, ni idea si sabría ser ninguna de las dos cosas…

2 Comentarios

  1. Pues tu lo has dicho…. no eres ni padre ni madre,,,, que es lo que te van a decir los padres y madres que lean tu post y se sientan ofendidos….. pero claro, que tu no lo puedes entender ya que no eres padre ni madre….. y si yo digo que la mala educación de los hijos es en un 70% culpa de los padres y en un 30% del entorno (abuelos, amigos, colegios, etc….) y que lo niños brutos son hijos de padres brutos y que los niños que pasan de todo son hijos de padres que han pasado de educarles bien, y que los niños educados y chapo son hijos de padres que se lo han currado y han puesto la educación del niño por delante de todo, pues me dirán que no lo puedo entender, porque no soy ni padre ni madre….. PERO LA PUTA MALA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS MAL EDUCADOS Y DE LOS PADRES CONSENTIDORES LA TENEMOS QUE AGUANTAR EN EL BAR, EL PARQUE, NUESTRAS CASAS CON LAS VISITAS, ETC.ETC. Y NOS TENEMOS QUE AGUANTAR….. QUE NO SOMOS PADRES NI MADRES Y NO LO ENTENDEMOS…..

  2. Yo tampoco soy padre, pero lo seré en diciembre. Y espero hacerlo mejor que esos padres de los que habl Enrique, que los hay a patadas. El caso del padre (o abuelo, ojo!) insultando al árbitro o al jugador contrario delante del niño; o el del padre insultando al conducttor de al lado…Eso se ve a diario y da aunténtico asco. Y luego pasa lo que pasa…

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