¡Qué alegría, Juanqui!

Llegábamos un poco mustios este año a Wimbledon, tanto la representación española como los tele-aficionados. Sin Nadal, no era lo mismo. Ya desde las primeras rondas se nos estaban confirmando los malos augurios: Feliciano, Robredo, Ferrer, ayer Verdasco…. Y mira por donde, Juan Carlos Ferrero se nos ha plantado en cuartos. No es que me vaya a apuntar el tanto, pero a unos amigos les comenté hace días que de quien más esperaba yo este año en la Catedral era de Juanqui. Ha mejorado mucho en hierba, viene de jugar semifinales en el Queen’s. Y hace dos años llegó también a cuartos. Jugó contra Federer un partido de cuatro sets en el que se vieron momentos de tenis de verdadero gourmet. Ahora repite ese éxito, después de dejar en la cuneta a jugadores como el ruso Youzhny, el chileno Fernando González –número 10 del mundo- y ayer, con toda autoridad, al número 8, el francés Gilles Simon. Pues sí, me voy a apuntar el tanto J. Es que me alegro mucho por Ferrero, un jugador que no ha tenido suerte en los últimos años. Protagonista principal en nuestra primera Copa Davis, en 2000, su gran año fue 2003, cuando ganó Roland Garros, jugó la final del Open USA y ostentó durante varias semanas el número uno del mundo. De ese año databa su último triunfo hasta este año, el Master Series de Madrid. Y es que el duro bajón que sufrió en 2004 le condenó a una abusiva bajada en el ranking que le obligaba, desde entonces, a encontrarse con rivales de nivel en las primeras rondas. Esto, y las lesiones, le han dificultado la remontada, que nunca ha terminado de producirse. Pero al contrario de otros tenistas, que se relajan cuando ven que descienden en el ranking, a mí siempre me ha parecido que el de Onteniente no ha sido de los que han bajado los brazos. Siempre ha intentado volver. Y me da la sensación de que en estos años de desierto, muchas veces ha tenido más juego que resultados. Y ha ido evolucionando, ahora funciona mejor en pistas rápidas que en la tierra, que era su espacio natural. Este año ha conseguido, en Casablanca, su primer titulo después de seis años. Y aquí le tenemos, en cuartos de Wimbledon. Le espera Andy Murray, esto sí que va a ser una montaña poco menos que imposible de superar. Pero ya nadie le quita haberse metido entre los ocho mejores en la Catedral. Ah, y como dé la campanada y se eche a la espalda al escocés, en semifinales se va a encontrar con uno de su generación, o Hewitt o Roddick. Por cierto, el australiano se merece otra mención, vaya torneo el suyo después de cargarse a Del Potro y remontar ayer dos sets a Stepanek. Qué estupendo sería verles otra vez frente a frente. Pero pase lo que pase ya, ¡Qué alegría verte por aquí, Juanqui!

(Foto: EFE)