Sí, yo fui New Romantic

Sería que me gustaba vestirme y peinarme como ellos, sería que la literatura romántica recién estudiada me había calado hondo, sería ese sonido –elegante, electrónico con toques glam, mucho de Bowie, Kraftwerk…- me transportaba a escenarios en los que yo creía encontrar algo. Sería que tenía 18 años. Lo cierto es que enseguida lo entendí: yo era New Romantic. Me apunté a esa corriente -que iba a ser fugaz- de nuevas estrellas del pop disfrazadas de héroes de leyenda, Adam Ant podía haber sido un personaje de Byron o de Espronceda, quizás a Stendhal le hubiera gustado parecerse a Simon Le Bon, y si Víctor Hugo hubiera montado un grupo en los 80, probablemente lo hubiera llamado Orchestal Maniouvres in the Dark.

 

Sí, yo fui New Romantic. Y mis favoritos eran Spandau Ballet. Su primer album, Journeys to Glory, fue la quintaesencia de este sonido, Reformation su piedra angular, y podría compartir con Fade to Grey, de Visage, el título de himno fundacional del movimiento. Sin olvidar The freeze, To cut a long story short… temas muy pop pero que irradiaban cierta solemnidad, tan aptas para ser bailadas como para escucharlas en una cueva o hasta en un claustro. El talento de Gary Kemp se revelaba especial y esa voz era el mismísimo Goethe interpretando Fausto. Se habían presentado actuando en un barco de guerra en el Támesis, habían tomado el nombre de un viaje a Berlín… ¿respiraron el mismo aire que los poetas románticos alemanes? Bueno, alguien sostuvo que más bien habían respirado el mismo aire que Fichte. Pues no lo sé, la verdad.

 

Después, con Diamond, se pegaron un cierto castañazo, a lo mejor ellos mismos se habían sobrevalorado y pensaron que ya podían hacer cualquier cosa. Se rehicieron completamente con True, un disco brillante, de producción sobresaliente, sonido cuidadísimo, que sacaba el máximo partido a esa voz que era de Tony Hadley y no de Goethe, claro está. Temas como Gold, True, Lifeline, que han superado la barrera del tiempo y hoy nos parece tan normal escucharlos. Canciones perfectamente ejecutadas, todo estaba en su sitio. Pero ya no eran New Romantic. El movimiento se había volatilizado en la vorágine de los 80 y sus principales autores tenían que sobrevivir…encontrando otro estilo. Su siguiente album, Parade, mantenía el mismo corte y buenos temas en esa línea, Only when you leave, I’ll fly for you…

 

Después se me fueron diluyendo. Se me fueron perdiendo en el horizonte. Cuando al cabo de unos años, la primera vez que fui a Londres, vi en el Támesis ese barco de guerra, que siempre está ahí, los que ya no estaban eran Spandau Ballet.

 

Y como ese barco de guerra siempre está ahí, es el marco que los Kemp, Hadley y compañía han elegido para presentarse en sociedad de nuevo. Vuelven, posiblemente por dinero o por nostalgia de sus días de gloria o por… ellos sabrán. De momento, están vendiendo como churros las entradas de su primera gira, en principio por el Reino Unido y de la cual, casi a diario, se anuncia un nuevo concierto. Lo más probable es que terminen ampliándola fuera de las islas. El tiempo dirá si estos Spandau nos traen algo nuevo, si merece la pena verlos o si más valió recordarlos como eran. A mí me gustaría lo primero, claro, pero sobre todo si vuelven a parecerse a los de sus inicios, a los de Journeys to Glory. Porque yo fui New Romantic.

5 Comentarios

  1. Es curioso lo que sentimos cuando nos vemos en fotos de antes, o escuchamos canciones de antes, o quedamos con gente de antes, etc. Si bien es cierto que cualquier tiempo pasado fue mejor, el presente de ese mismo entorno es, probablemente, lo peor que hay.

    Yo era grunge. Manda huevos.

  2. Pues yo ya ha llegado un momento en que lo que soy es old no sé si romantic o no, pero old seguro. Y si echo la vista atrás, es cierto, me sorprendo de cómo me veo y de cómo os veo a los demás. =)

  3. Querido Enrique:
    Yo no fui New Romantica, era más ecléctico y en la misma época me encantaban Spandau Ballet, Jean Michel Jarre, Meat Loaf y AC/DC. Pero coincido contigo en añorar a los Kemp y compañia y en que lo mejor de ellos estaba en álbum de debut absolutamente magnífico.
    Gracias por el artículo.
    Un abrazo

    1. Gracias Jaime, por tu comentario. No te creas, yo también vivía de otras cosas en esos años, no solo de New Romantic. Por ejemplo, qué buenos eran Falco, aquel Der Kommissar. Otro abrazo para ti.

  4. muy acertado todo lo que expresas. Yo era un poco mas joven, tenia 16 pero com mis amigos tambien estamos fascinados por el new romantic y por su música y su estetica, 1981 fue su apogeo y 1982 su final. Nunca lo olvidaremos!

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