Cuando abordamos a un medio de primer nivel

Cuando abordamos a un medio...

 

 

A veces nos vemos en la tesitura, desafío, oportunidad –como le queramos llamar- de ofrecer una historia, de nuestra empresa o de nuestro cliente, a un medio de comunicación que vamos a calificar de primer nivel. Entendiendo que todos los que están en nuestro ámbito de actuación lo son y como tales hay que tratarles. Pero todos sabemos que hay algunos que por su difusión, prestigio, rigor… son las piezas más apreciadas. Pongamos un gran diario de tirada nacional, donde todos sueñan salir. Si es hablando bien mejor, pero con que hablen y no mal, ya será un triunfo. Bien, pues aquí algunas consideraciones –no reglas ni pautas, que cada uno tiene su estilo y su patrón de actuación- a la hora de afrontar una travesía como esta.

 

Créetelo. Debemos tener perfectamente claro que lo que le vamos a contar puede ser interesante para ese medio en cuestión y por qué. Si no, mejor no intentarlo.

Busca el ángulo. Enfoquemos la historia por el lado por donde podemos captar su interés: cifras económicas, tendencias de mercado, aspecto social… Que puede no coincidir exactamente con lo que nuestro cliente quiere o prefiere vender. En ese caso tendremos que haberlo negociado previamente con él.

Conoce bien el terreno. Nos corresponde saber perfectamente a qué sección y a qué periodista le puede encajar, en función de la información y/o el contenido que tenemos entre manos.

Sé oportuno. Procuremos saber cómo abordar mejor a ese periodista en concreto. Si no le importa que le llamemos a “puerta fría” o si prefiere comunicarse por e-mail. A qué hora está más disponible, si está de cierre –en ese caso no llamarle NUUUNCA o si puede estar de viaje. Y sus gustos, preferencias, su trato… ¿y a qué dedica el tiempo libre? Pues no estaría mal saberlo también.

Fuera complejos. Una vez que nosotros lo tenemos claro, estamos ofreciendo información, no vendiendo humo.

Exponle claramente el tema. Con convicción, porque ya hemos dicho que te lo crees; y directo, bien argumentado, sin rollos pero cubriendo todos los aspectos, incidiendo en los que crees que pueden atraer su atención. Si sabes perfectamente lo que quiere y lo tienes, céntrate en ese punto fuerte con el que sabes que le llegarás.

Rigor. Si ofrecemos datos que refuercen lo que pretendemos vender, éstos han de ser absolutamente fidedignos, íntegros y contextualizados. Que te pillen por ahí da mucha vergüenza.

Siempre honesto. Tanto con el medio como con el cliente has de serlo absolutamente. Tanto a la hora de convencer a uno como de manejar las expectativas del otro. Después de ésta, imagino que querrás volver a hablar con ese medio cuando tengas otra noticia que ofrecerle. Y con el cliente, obviamente, te gustará seguir trabajando y que te crea y aprecie tu labor.

No apremies. Establece unos tiempos de respuesta razonables para ambos –aunque generalmente será él quien lleve la sartén por el mango- y respétalos. No demos nunca sensación de impaciencia ni ansiedad.

Con todo, y aún sabiendo que hemos seguido los pasos y lo hemos hecho perfectamente, nunca debemos hacerlos ilusiones. Recuerda que la última palabra siempre la tiene el periodista.

Y si finalmente consigues que esa aventura llegue a buen puerto, reacciona con naturalidad. Ni le tires besos al periodista ni te pongas “pavo” con tu jefe o cliente. La historia lo valía y tu trabajo también, el medio quedará contento de publicar un buen artículo y tu empresa encantada de verse reflejada. Entonces no debe sorprenderte el éxito, y la medalla ya te la pondrán, que es como queda y sabe mejor.

Aunque por dentro estés deseando hacerte la ola, que lo sé…

Deja un comentario