Y al final en todo lo alto…

A veces no hace falta irse tan lejos. El cuello de un cisne es largo, terminábamos el otro día, y todo lo largo tiene un final. Aunque días dure, esfuerzos y penalidades, aunque parezca que no va a llegar, siempre se termia atisbando una meta en todo lo alto. Y es cuando te vienes arriba. Ignoramos si Woody Allen ascendió por esta cuesta, que crece digamos por la parte de atrás de lo celestial. Pero se llega lo mismo que por la noble y señorial que se despliega por delante, donde estaba la secoya, y claro, el cisne. Y claro, el de la rosa púrpura, un poquito más acá. Por aquí queda la Vieja Estación, pero no la de los trenes, aunque sí la de algún que otro vagón nocturno. No hay vuelta de hoja, cuando lleguemos a ver esto la suerte estará echada. Eso sí, no vaya a ser que de camino a la meta, ya llegando, nos asalte una calle por la derecha, la tentación nos pueda y nos perdamos. O nos encontremos, que todo depende de cómo se mire. De todas formas, me parece que nosotros llegaremos por el otro lado. Por donde el cisne… y la paloma. Huy tentaciones…