El caso de los pepinos españoles acusados de ser el origen del síndrome del E.coli viene como otro ejemplo clarísimo del “difama que algo queda” o “el que da primero da cien veces”. Por más que las autoridades sanitarias alemanas hayan descartado que sean la causa, por ahora nadie quiere pepinos españoles en media Europa. Y por necia pero inevitable asociación, la reticencia se extiende a demás hortalizas y productos agrarios de nuestro país. Ayer aseguraba el dueño de una cadena de supermercados alemanes que los seguirán sin vender, y de hecho en los mercados de Berlín y otras ciudades permanecen hoy colgados los carteles que avisan de que no se venden productos de ensalada procedentes de España. Una vez lanzada una información, y con la potencia con se ha hecho, ya no hay quien pare el “pepinazo” (perdón por el fácil recurso), tarda mucho en perder tracción. Se ha difamado (precipitada…, errónea… o como sea “mente”) y mucho ha quedado.
Pero de estos ejemplos hay tantos cada día… Y ya hemos hablado alguna vez de cómo Internet es caldo de cultivo para que las mentiras queden, subsistan y convivan al lado de las verdades, las equivocaciones al lado de las rectificaciones. He aquí un caso de los sencillos. Ayer una responsable del Ministerio de Sanidad fue por libre y sugirió que el tabaco en España podría subir para equipararlo al precio al que se vende en Reino Unido, Francia, Alemania… es decir, de una media de cuatro euros la cajetilla, pasar a siete u ocho euros (toma ya desparpajo, y por qué no sugerimos equiparar los sueldos españoles con los de esos países, y por qué no las prestaciones sociales que se derivan de los elevados impuestos, que al fin y al cabo son los que engordan el precio de los cigarrillos). Y aclara la funcionaria (en ese momento portavoz de su Ministerio) que esa medida no les correspondería a ellos sino al Ministerio de Economía y Hacienda. Entonces, como es lógico, empezaron a proliferar en Internet –y en otros medios inmediatos como la radio- las noticias que hablaban de que el Ministerio de Sanidad iba a solicitar a Hacienda que el precio del tabaco subiera al nivel de Reino Unido y Alemania. Ante el revuelo mediático, el Ministerio de Sanidad se apresuró a emitir un comunicado desmintiendo “rotundamente” que fueran a cursar tal solicitud a Hacienda, y que no tenían previsto solicitar tal subida del precio de los cigarrillos. También se publicó profusamente. Y ya tenemos montado el Gazpacho Informativo. Entonces hoy vas por ejemplo a Google Noticias, tecleas “subida del tabaco”, das a “buscar” y te encuentras esto Google Noticias, subida del tabaco. Es decir, desde “Sanidad asegura que no va a pedir a Hacienda una subida del tabaco” hasta “Sanidad propone subir a ocho euros el precio de la cajetilla de tabaco”, pasando por “Sanidad recuerda periódicamente a Hacienda la necesidad de que España incremente de nuevo el precio del tabaco”. Claro, los que no estuvieran ayer permanentemente conectados con la información al momento, hoy se estarán haciendo un lío. Hoy en el bar estarán discutiendo el que ha leído que el tabaco va a costar ocho euros y el que jura haber visto lo contrario. Y la solución no sería otra que recurrir a la trazabilidad de la información. Pero ya aviso que ordenar las noticias por fecha no sirve. Hay diarios, por ejemplo muchos regionales on line, que lo publican hoy tomando como fuente la primera noticia, no el desmentido. Así que el barullo es considerable, el gazpacho espeso. Habría que buscar la fecha con que una misma publicación ha dado las dos. La de más tarde, es la que vale. Si es que ha publicado las dos claro, que esa es otra.
Obviamente, lo que en realidad evitaría todo este mejunje informativo sería la coherencia en la comunicación: que de una misma entidad salga un mismo mensaje, no dos contradictorios. Y que nadie vaya por libre cuando no está en los medios por y para sí mismo sino en representación de algo o alguien. Pero a veces es tan difícil…
Y claro, lo de los pepinos y Alemania ya es un gazpacho con mucha miga… y mucho de todo.