Leo ahora que un influyente inversor norteamericano está asegurando que el verdadero problema de Microsoft es Steve Ballmer. Que su presencia continuada está arruinando las acciones. Que está anclado en el pasado. Que aun así, es optimista respecto al futuro de la compañía, pero que su presidente debería echarse a un lado y dejar paso a otros. Vamos, que el desafío no es ni el Open Source ni los movimientos en el mercado de la movilidad ni los aciertos de Google o Apple. Yo esas palabras las he escuchado antes y más cerca. Vamos, las llevo escuchando por lo menos hace siete años, y estos días con más estruendo que nunca. Pero no de Steve Ballmer. Y el que las dice ahora no se llama Mariano Rajoy sino David Einhorn, quien parece ser que fue quien advirtió de la catástrofe financiera de Lehman Brothers. Ahora parece querer avisar de la catástrofe de Microsoft, “a la que la incompetente gestión de Ballmer ha llevado a la mayor crisis de la historia y a unos indecentes niveles de cuota de mercado que… “ (no, perdón, estas eran de Mariano Rajoy). Y parece ser que estos comentarios ahora difundidos venían siendo la comidilla entre cierto grupo de inversores. Pero curiosamente, la empresa de Einhorn, Greenlight Capital, ha comprado hace apenas un par de meses 9 millones de acciones de Microsoft. Pero de doble juego, nada. Ciertamente hay empresas y hay partidos políticos que no pasan hoy por sus mejores momentos, bueno, creo que ya les gustaría en Ferraz estar a día de hoy así de mal como en Redmond. Pero de lo que estoy seguro es de que ciertos inversores de este mundo tienen bastante más poder que ciertos líderes de la oposición. Desde luego, Zapatero tiene hoy coartada para decir: “mirad, pero si hasta a Ballmer le están diciendo que se marche su empresa”. Sea como fuere, nadie está seguro nunca en ningún sitio. Si hasta Florentino Pérez ha terminado vendiendo a su Jorge Valdano, quién no dice que un Gran Hermano le puede hacer el pasillo de salida al mismísimo don Steve. “Hemos detectado una disfunción que afectaba al desarrollo de mejores productos para ayudar a las personas y a las empresas”. Al final, tomando el apunte de mi amigo Alfred, todos terminarán diciendo que lo que tienen es un problema de comunicación. Ténganlo en cuenta y ojo avizor.
Ballmer, ¿como Zapatero?