Sin habérmelo preparado mucho, intento desgranar en vivo y en directo cuáles podrían ser los diez grandes logros de Internet, desde su irrupción en nuestras vidas y a través de las diferentes fases que ha seguido su desarrollo. Se me ocurren estas, con perdón de olvidarme de otras:
– Comunicaciones más universales, rápidas y baratas.
– Desaparición de muchas de las distancias y fronteras terrenales que rigen en el mundo físico.
– Inmediatez de la información. El mundo corre más deprisa.
– Proliferación de negocios y servicios 24×7.
– Acceso casi ilimitado (y aunque se pretenda limitar) a todo tipo de contenidos.
– Transferencia de conocimiento y experiencias con alcance global.
– Difusión hiperpotenciada de los mensajes para todo tipo de emisor (marcas, entidades públicas, colectivos, creadores de toda índole…).
– Inusitada capacidad para el establecimiento de vínculos y relaciones de todo tipo.
– Democratización de los medios de comunicación, hasta el punto de que cada uno puede crear el suyo.
– Mayor participación ciudadana en los asuntos públicos, sobre todo gracias a las redes sociales (aunque esta capacidad todavía está desarrollándose).
No es poco, es muchísimo. Y sin embargo, ¿ha servido para cambiar el mundo? Quiero decir: todas las revoluciones intentaron transformar las sociedades en las que brotaron, trataron de cuestionar lo establecido y promover nuevos valores. Y todo lo más, consiguieron el dialéctico avance de que su antítesis diera lugar a una síntesis que reflejara algunas de sus propuestas pero terminaban manteniendo lo esencial de la tesis inicial contra la que habían pretendido revelarse. Internet podía haber sido la revolución más universal y poderosa. Hemos conseguido todo lo que exponíamos arriba y seguramente más. Con ello, hoy los pobres tienen la posibilidad de ver casi en directo lo que hacen los ricos; pero siguen siendo igual de pobres, si acaso más desgraciados porque son más conscientes del contraste. Hoy los poderosos y los acomodados tienen mucho más acceso y más información sobre las catástrofes, las injusticias y las violaciones de derechos que suceden a su alrededor, ya no les quedan tan lejanas; sin embargo éstas siguen ocurriendo y se sigue haciendo más menos lo mismo para evitarlas o combatirlas. Los políticos siguen siendo políticos como antes; los banqueros y los especuladores no han cambiado de trabajo ni perdido un ápice de su status; los modos y usos empresariales siguen vigentes y aceptados; las jerarquías sociales y los modelos de Estado se mantienen inamovibles. Eso sí, todos tenemos más capacidad de verlo y saberlo todo. ¿Sólo de eso? En serio, y aunque últimamente estamos empezando a ver algo, creo que pocas veces la Humanidad ha tenido ni tendrá una herramienta más potente y eficaz para cambiar el mundo. Pero todavía no hemos conseguido que nos sirva. Al menos para todo lo que realmente podría.