En agosto de 1972, la central de Fukushima apenas había echado a andar, hoy se sabe que científicos norteamericanos habían cuestionado por entonces su seguridad y sobre todo su resistencia a terremotos fuertes, algo que ya se sabe que nunca sucede en Japón. Por esos días, cinco señores –Ritchie Blackmore, Ian Gillan, Roger Glover, Ian Pace y John Lord– actuaban tres noches en Osaka y en Tokio. Era la primera vez que Deep Purple tocaban en Japón. Alguien –japonés, según parece- les sugirió hacer un disco en directo de aquellos conciertos. “No hacemos álbumes en directo, no creemos en ello” le respondieron. Al final dijeron bueno, pero no se editará más que en Japón. Les había costado 3.000 dólares producirlo, y cuando lo escucharon, vieron que sonaba bien. Se decidieron a publicarlo en todo el mundo, en diciembre de 1972, en Estados Unidos en abril de 1973. Es el álbum en directo más vendido de la historia. Es más: seguramente el mejor. La vuelta al rock en siete temas, no hacen falta más. Vaya hoy como homenaje –no a los gobiernos que engañan, a los emperadores que piden calma, no a los directivos de las compañías que piensan primero en salvar su negocio, segundo su culo y tercero su reputación, no a los especuladores que derrumban la Bolsa porque un país en estado de catástrofe no es negocio, no a los que construyen lo que sea a toda costa pensando en los grandes beneficios a corto plazo y en el largo pues a mí que me importa, no a los que proclaman “apocalipsis” en la casa del otro y no hacen nada ni en la suya ni por supuesto ayudan a nadie. Mi homenaje es a toda esa gente que sufre y calla, que llama, busca a los suyos y calla, que respira lo irrespirable, que intenta huir y no puede, que espera impotente lo que nadie ni se atreve a vaticinar que le puede pasar, primero sacudida, luego anegada y ahora envenenada, y calla. Va por todos estos. Esto sí que es Made in Japan.
Más Made in Japan que nunca
Excelente tu post, Enrique. Por la forma, por el fondo y por los efectos especiales. Recordarnos el Made in Japan ha sido de lo mejor.
Y un matiz en cuanto a tu homenaje. Lamentablemente en este mundo traidor todos somos de los buenos y nadie de los malos. Si va todo bien, aceptamos -y votamos- a Gobiernos que engañan, a compañías que explotan, a directivos que piensan con el culo y a incompetentes que hablan de apocalipsis y de que Dios nos ayude. Todo con el fin de mantener nuestra parcelita de privilegios.
Por eso ahora toca sufrir y callar porque no hay justos ni pecadores tan solo gentes que quieren vivir la vida lo mejor posible.
Pero como hubiera dicho mi abuela en estos días: Dios perdona siempre; los hombres, a veces; y la Naturaleza, nunca.