Es que se nos da como a nadie. En esto sí que seríamos campeones mundiales varias veces. Simplifica y vencerás. No des la noticia ni expreses la opinión teniendo en cuenta todos los matices, circunstancias, partes actuantes. Ni te des por enterado de ello. Reduce todo a un sujeto y a un predicado, o a un nombre y a un adjetivo. Así eres mucho más contundente, casi irrebatible. Contra la simplificación hay muy pocas formas de defenderte porque triunfa, sobre todo en este país. Lo deja todo explicado, cerrado y sentenciado. Hasta evita pensar, así de cómodo es. Toma un parte del todo y conviértelo en el TODO redondo y sin asas para cogerlo. ¿Qué es sesgado, medio verdad y en definitiva falso? Da igual, así se te entiende mejor. No dejes que la realidad te prive de un sonoro argumento. Aquí simplifican desde todas partes. Desde todas las que no tienen ganas de molestarse en razonar. La muy derecha y la muy izquierda, los muy madridistas-anti culés y los muy culés y antimadridistas, los muy separadores y los muy separatistas, los pro y los anti energía nuclear estos días… Los polos se juntan en la simplificación. No es sino una faceta más del arte de la demagogia, muy hábilmente utilizada por algunos y muy apreciada por una gran mayoría. Lo oyen y se quedan tan a gusto. No hace falta citar ejemplos prácticos, si los tenemos a diario, basta con tomar el periódico o escuchar cualquier emisora de radio, o darse una vuelta por Internet. Políticos, dirigentes, estrellas mediáticas… pero sobre todo los tertulianos se han erigido en los grandes ingenieros y propagadores de la simplificación, que luego el pueblo recoge, celebra y va cantando por los bares. A veces responde a estrategias muy sutiles. Otras veces surge de la propia brutez. Pero casi siempre hacen mucho, mucho daño. Uno, pobre, intenta resistirse a esa tentación, no caer en ella e intenta desarticularla cuando la detecta, sabiendo que es un explosivo que te puede estallar fácilmente en la cara. La verdad, de momento no le va nada bien. No se rinde.
Byenrique 
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