Don Dinero, poderoso delantero

El Real Madrid y el FC Barcelona viven fuera de la realidad. Como Abrahmovich o los jeques de Abu Dabi, Arabia Saudí o la India. No digamos la FIFA, que otorga mundiales a Qatar y a Rusia, los que ponen la pasta por delante, y no para de organizar competiciones en Asia, en África o en Sudamérica, de mayores o de sub lo que sea, da igual el régimen, cualquier política vale, esto es Real Football, todo por recaudar, la banca nunca puede perder. Qué duras pueden ser esas caídas.

Porque he aquí la realidad: El Betis firma media temporada espectacular y se erige líder indiscutible de Segunda, pero la gente no cobra, el club entra en Ley Concursal y su presidente de urgencia, Rafael Gordillo, expresa que tienen que subir a Primera “sí o sí” para ayudar a solucionar los problemas. Desde entonces han perdido los cinco partidos que han jugado, ya no están en puesto de ascenso directo. Las crónicas rezan letanías de caída libre, que de pronto no hay fuerzas, ni ideas, despejes incomprensibles y ocasiones falladas por indolencia en el remate (según leo hoy en el Diario de Sevilla). Pero he aquí que el equipo que le sucede en el liderato es el Rayo, y según toma la autopista a Primera se anuncia que también entra en Ley Concursal, atrapado en la trampa Rumasa. Su técnico declara que tienen que subir “sí o sí” para salir adelante y acaban de sumar su segundo pinchazo consecutivo contra equipos de la zona de abajo. Ahora el líder es el Celta. No son pioneros. Levante, Real Sociedad o Las Palmas saben bien de esto. Y si miramos más atrás… déjalo, podemos quedarnos como estatuas de sal.

Si falta dinero en el deporte más rico, qué no será en otros. El histórico Joventut (DKV), tiene a sus jugadores cobrando la mitad de su sueldo, ayer perdía de 30 en cancha del Manresa, que tampoco lo está pasando bien, ni Estudiantes ni Blancos de Rueda Valladolid (el antiguo Forum Filatélico, oye). Hablamos de equipos emblemáticos del baloncesto. Y del balonmano, como el Granollers, que aún así va tercero en la Liga Asobal. Del Balonmano Alcobendas escribimos aquí una bonita historia Balonmano en Madrid que en su momento parecía terminar bien, lo que pasa es que la realidad suele ser más cruel que las películas, la vida continúa después del The End, y en este nuevo final han tenido que tirar la toalla. No hay dinero. No lo hay nunca para algunos.

Admiramos a esos equipos que sin oler su sueldo hacen causa común por tirar adelante, pero esos esfuerzos heroicos suelen ser casos contadas y no suelen durar mucho tiempo. Porque además, casi nunca les ha servido de nada. Ni para ganar ni para cobrar. No porque sean futbolistas –esclavos ricos unos y menos otros, pero esclavos al fin y al cabo- dejan de ser trabajadores que deben cobrar por su trabajo. Cualquier otra situación no es presentable, como no lo son esta colección de dirigentes negociantes, que la definición de empresarios les viene muy grande. Luego son los que reclaman el dinero de las televisiones y se declaran en huelga si no suprimen el partido en abierto (pero ¡cómo se le puede negar a la gente un partido en abierto a la semana!), pero es que muchos ya se han fundido la pasta por adelantado. ¿En hacer grandes equipos? No, en llenar las plantillas de solemnes medianías que les reportan buenas comisiones. Y así, el espectáculo tiene que seguir, el circo debe celebrar su función cada fin de semana aunque acabe como el Circo Price. O como aquellos leones desnutridos de Ángel Cristo. O el artista del hambre que retrató Kafka. Iremos al campo y solo veremos césped. Pero ahora tenemos Champions y ya nos olvidamos de todo. Y sí, tendremos Mundial en Rusia y en Qatar. Y nos ilusionaremos con los golazos de los esclavos ricos. Poderoso delantero es don Dinero.