Se dice por ahí que vuelven los directores de informática. Sí, aquellos que aprendieron nuestros nombres y los de nuestras chapuzas también. El desastre en que has convertido tu buzón, los tejemanejes que te traes para arrancar, el disco duro ajado y marchito, largas horas esperando a que pase algo en tu ordenador. Vuelve el hombre, el que te mira con ojos inusitadamente pacientes y tú cuajado de sudor, aquel que la risa refrenaba de mi ignorancia y tu impotencia al conectar con el servidor, que servido va el señor, póquer de mano él, póquer en la cara tú, los DNS se rebelaron pero ya han vuelto a su redil. Vuelven los tupidos cableados de tu cacharrería la moqueta a recubrir, que no se te caiga moneda al tinglado que ya nunca de ella sabrás, ay si el director de informática viniera cada sábado a recolectar, pondría una tienda de alhajas y se echaría a dormitar. Tranquilos, lo invertirá en cañas y festejos, que las manos van tan limpias como se supone que ya las redes van y no vamos a escatimar ni se trata de hacer back up de todo lo bailado y bebido. Vuelven del código fuente en tus oídos las voces gruesas a sonar, tu sistema de un profundo atasco tal vez despertará. Este es el director de informática de las grandes soluciones, cancerbero de tu seguridad y de tus viernes, que tu ciber-tontería no habrá quien la arregle pero lo demás todo tiene solución. Sin alterarse ni poner pucheros, que todo puede ser más fácil de lo que parece, las caídas llevan manual para levantarse, las idas se entregan con puerto serie de vuelta. Y no ha venido mudo ni absorto ni de rodillas. Está aquí el director de informática y tus ataques de nervios ya tienen tila, poleo o botellín con que remojarse. Que no es la vida tan dramática ni las crisis ni los cariños irrecuperables, y al final, en un abrazo entero cabe la inmensidad de la Red. Otra vez, con el puño a su guarida gritando llamarás, tus gotas mirará temblar y caer, como lágrimas del día, y te pensarás que nunca se ha tomado en serio tu diaria caída existencial. Pero tú confía en Fernando y déjale hacer. Porque como él te ha cuidado, desengáñate, así no te cuidarán.
… Y volverá en tu PC las contraseñas a cambiar 🙂
Pues por favor, que se pase por mi trabajo, este ordenador está haciendo que descubra la mucha paciencia que tenía guardada no sé donde dentro de mí. Ejemplo: más de media hora hasta que arranca.
Que grandes los dos, el rey mago escritor y el director de informatica aventurero.
Que grande saberos cerca
Que emoción, se me saltan las lagrimas. Tres días despues de mi incorporación ya he tenido una caida de servidores.