El Chaltén, el pueblo más joven de Argentina, en la provincia de Santa Cruz, dentro del Parque Nacional de los Glaciares, junto al Lago Viedma y casi limítrofe con Chile. Fundado en 1985, tiene apenas unos 400 habitantes aunque en temporada pernoctan muchos más. Está considerada la capital nacional de trekking y asimismo es lugar de peregrinación de alpinistas y aventureros de todo el mundo. A sus espaldas se levanta imponente el macizo del Fitz Roy, presidido por el cerro del mismo nombre (¿a qué llamará montaña esta gente?), de casi 3.400 metros de altitud. Todo un espectáculo visto desde cualquier ángulo. Vecino muy cercano es el Cerro Torre, algo más de 3.100 m. Ambas cimas constituyen dos referentes de la escalada mundial, no tanto por su altura como por su tremenda dificultad. En este estupendo gráfico las podemos identificar todas:
Autor: Gagea
La carretera, en efecto muy americana, venía de El Calafate, 216 km al Sur, y parte del itinerario discurría por la mítica Ruta 40, la más larga del país, que termina (o empieza) en Bolivia, muyyy arriba, miren si no en un mapa, y corre toda paralela a los Andes.
Como el trekking, la escalada o el mountain bike son deportes que desgastan lo suyo, y a pesar de ser un pueblo de apenas dos calles, El Chaltén cuenta con un buen elenco de sitios para reponer fuerzas. Cervecerías que venden su propio brebaje artesano, tostadas o rubias, amargas o de considerable graduación. Y restaurantes donde comerte unas excelentes lentejas patagónicas y por supuesto sus buenos bifes como corresponde al lugar. Y aquí toca hablar de La Tapera, una sorpresa de sitio, que no lo viéramos en ninguna guía, lo encontramos de casualidad, una casita de piedra con apenas cinco o seis mesas a la vera de su chimenea aromática, atendido por un maitre argentino-sevillano y un cocinero que era para hacerle la ola: bife de lomo y de chorizo, ambos acompañados de excelente y elaborada guarnición, mojados con un recio tinto Don Nicanor y rematados con un muy vasco postre a base de quesos varios.
Qué menos cuando a la mañana siguiente tendríamos que negociar un trekking de 23 kilómetros que incluía, a mitad de etapa, la indescriptible ascensión de una hora -y sus 1.000 metros de desnivel- hasta la helada Laguna de los Tres, justo al pie del Fitz Roy. Tela de la fina. Y de las vistas, qué voy a decir…
Para descansar de tanto subir, bajar, trequear y comer, y para guarecerse de ese viento afiladamente gélido que invariablemente al caer la tarde se presentaba viniendo desde el Sur (ojo, y era primavera), la encantadora Posada Lunajuim Hotel Lunajuim, El Chaltén, Argentina, con su acogedor salón, su biblioteca, también con su chimenea y sobre todo con su exquisita atención. -¿”le vale el desayuno a las siete? -No, mejor a las siete menos cuarto si puede ser. –Ah, báaarbaro”. En serio, se la recomiendo a todo el que vaya por allá.
Con esto creo que están respondidas todas las preguntas. Bueno, falta una, el ganador: Pepe Oñate, que ha sido perseverante, avispado y finalmente certero. Le podemos regalar un trekking, que bien sabemos que le gustan. Después podemos invitarle a un buen bife, si bien no estoy tan seguro de que le gusten tanto, en ese caso le ayudaremos 🙂
P.D. Ah, y como aquí siempre respetamos el copyright, decir que las fotos de esta serie corresponden a don Rafael Portero Galán.
Al César lo que es del César, pero gran culpa de que lo haya acertado ha sido de Jacinto cuando puso aquella foto de los caballos.
Y además es que tengo una camiseta con el dibujo del Fitz Roy y no caía.
Acepto el premio siempre y cuando a la vuelta haya ese bife de chorizo con un Trapiche y de postre unos buenos alfajores o helado de dulce de leche, boludo.
Si quieres compartir el premio acepto un trozo de bife…
Joder con los acertijos…… yo me quedo con el detalle de la carretera del Jacinto….. nivel….. y Oñate pasate un poco de dulce de leche……..