Bético

Oñate o después tenía yo que hablar un día del Betis. Y he elegido hoy. Y no por escaquearme de comentar la jornada de ayer, que lo tenía decidido antes precisamente porque pensaba que en la Liga no iba a haber novedad. Y toma novedad. Que por cierto vaya finde, tres al Alcorcón, pierde el Sevilla en casa, el Madrid se deja el “9” y dos puntos en Almería y el Barça clava cuatro, pero cuatro al Málaga, que no es cualquier cosa. Con que lo demás le haya salido la mitad de bien a ese que yo me sé… Pues sí, iba a hablar del Betis. Ese de mis primeros cromos de Rogelio, Cobo, Bizcocho… Por entonces no lo entendía, a Mortadelo y Filemón les mandaron a cantar la contraseña H al punto J58. “¡No, la H en el J58 no!”, exclamaron con gesto de pavor. Y Filemón, desencajado: “valor, Mortadelo, valor”. La H era “Viva er Betis manque pierda” a grito pelado, en el punto J58 que era el portal de una peña sevillista. Esa final de Copa del 77 me la perdí, sólo llegué a ver los penalties, el que le metió Esnaola a Iríbar. Ese Ladinsky, más que de él me acuerdo del “9” –este sí- de mi equipo del Betis de chapas, tenía toda la parte de delante achatada, y elevaba los balones de plata que daba gusto, metía unos golazos de falta… claro, muy pronto esa chapa –no Ladinsky- fue a recalar en un “grande” de mi liga. Benítez, López, Muhren… a don Julio Cardeñosa le quedaba tan bien la verdiblanca, y la vistió tan bien y durante tanto tiempo, que hubo quien ya no se acordaba de que antes había sido blanquivioleta. Aquel Betis del arte, con Diarte, Morán, Calderón y el propio Julio, cuando tenían el día no había nada que hacer, mejor sentarse a mirar. Ese Villamarín del 12-1 a Malta o de aquel 5-0 de Resurección, creo que Curro Romero metió el sexto. Aquella amiga de la Facultad, de Dos Hermanas, que me miraba tristona bajo su flequillo de Cleopatra y me espetaba increpadora: “es que ustedes se han llevado a Gordillo, que es lo mejor del mundo”. Las vueltas que da la vida. Esa final de Copa del 97, Finidi ya se la iba a colgar del pirulí (con perdón) y en esto llegó Pizzi… En el 2005 ya sí, me da que el Calderón se le dio siempre mejor. Pero para entonces ya era el Betis secuestrado por el usurero que había sido discípulo de otro usurero –”le presto para la lavadora y me quedo con su casa”, ríase usted de Mr Scrooge. Se lo llevó todo, sólo dejaba en el banco el dinero para pagar a los jugadores cada año. Luego le vendió el Betis a otro que ya “limpió” también lo de los jugadores El Mundo, 14-01-2011. Ahora están a ver cómo les pagan. Pero están contentos porque tienen esperanza. En realidad la han tenido siempre, en todos los sentidos, porque además son una afición de Gran Poder. Y es que una cosa que me fue quedando clara en estos años de aprendizaje era lo que significaba ponerse esa bufanda, o esa camiseta de Eulate, Alabanda o Biosca, o portar esa bandera. No sé en qué año escuchaba por la radio un Madrid-Betis y correría el minuto 70 cuando los locutores se admiraban de que el Bernabéu era un clamor… bético. Iban perdiendo… Y ya vi que eso pasaba en más campos. Es muy posible, por no decir que estoy seguro, que después de Madrid y Barça sea el club con más seguidores en toda España. O lo que es lo mismo, me da que no hay ciudad o pueblo de nuestra geografía en la que no haya por lo menos un merengue, un culé y un bético. Quizás también uno del Atlhetic. Pero desde luego no creo que eso se pueda decir de valencianistas, deportivistas, racinguistas ni por supuesto sevillistas. ¿Hay sevillistas fuera de Nervión? Bueno, conozco yo a algún pibón que… pero en fin, no me quiero ir del tema. El Betis tiene que subir este año, sí o sí. Está en ello, estamos en ello. Don Rafael Gordillo –lo mejor del mundo- El País, entrevista a Rafael Gordillo lo admite y encarna toda esa ilusión. Y tenemos que apoyarles porque necesitamos a ese Betis en primera. Tengo ya ganas de verles en el Bernabéu y darles caña, pero estaré deseando que ganen los otros 36 partidos. Que en este blog intentamos ser objetivos, o por lo menos honestamente subjetivos, pero cuando llegamos a Sevilla no hay objetividad ni neutralidad que valgan. Que lo sepa todo el mundo. Sí, Oñate o después el Betis va a volver a ser grande. En fútbol, porque en alma siempre lo fue. Va por usted, amigo.