Fue un gran ministro del Interior. Vaya por delante. Pero luego vino lo de detrás. Desde que fracasó en su carrera a Lehendakari, desde que Aznar le descartó como su sucesor en beneficio de Rajoy y, sobre todo, desde que el PP salió del poder en 2004, empezó a vivir un retiro dorado. Ese mismo año se sacó el acta de eurodiputado, lo que le permite vestir la etiqueta de “político en activo”. Pero de hecho está fuera de la política nacional y de la política vasca. Y es así, sin responsabilidades ni compromisos en estos ámbitos, que se siente libre para hablar, para opinar y para sentar cátedra. Y le escuchan. Una parte importante de los medios de este país le otorgan la misma credibilidad que cuando era ministro. Si se produce cualquier noticia relacionada con ETA, como un comunicado, el eurodiputado es de lo primeros en ser requeridos para ofrecer su impresión. Así, el pasado lunes, cuando la banda anunció su alto el fuego “permanente, general y verificable”, la “moderadora” de la “tertulia” diaria de Telemadrid, Isabel San Sebastián, abrió el programa no dando paso al actual ministro del Interior o a algunos de sus colaboradores directos, no a un representante del actual gobierno vasco, no a un experto en lucha anti-terrorista. Llamó al retirado Jaime Mayor Oreja (JMO de ahora en adelante, como en su página web). Y despidió y jaleó su intervención con un contundente “… porque usted no se equivoca nunca”. Como “no se equivoca nunca”, JMO aprovecha esta amplia cancha que le dan para hacer su juego. Que no es otro que la goebeliana teoría de “una mentira repetida muchas veces acaba por convertirse en verdad”. Así, viene sosteniendo, y nunca enmendando, que viene existiendo una negociación encubierta entre el Gobierno y ETA. A pesar de los hechos, las noticias, las declaraciones y hasta las evidencias de estos últimos cinco años –justo después del atentado de la T-4. Nada, están negociando, están negociando y están negociando. El presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, tuvo una vez que salir al paso, viéndose en el compromiso en que le estaba poniendo, y asegurar que “actualmente, JMO está desinformado de lo que sucede en el País Vasco”. Pero claro, sus amplificadores mediáticos no son tan potentes. Dando una vuelta más de tuerca, cuando este último comunicado, no le ha faltado tiempo para salir afirmando que “la tregua ha sido pactada”. Con toda su cara dura, y sabiendo que para un gran número de españoles, adictos a la doctrina de una serie de medios y líderes de opinión, si lo dice JMO va a misa. A pesar de que ha sido la Cospedal quien le ha desautorizado esta vez. Pero le da igual y no es casualidad –como casi nada en comunicación, siempre lo decimos- ni va por libre. No está solo. Pedro J. Ramírez, que presume de tener entre sus colaboradores a un ex etarra que en su día planeó atentar contra él –y cómo se hincha y saca pecho con ello Pedro J-, monta con él un sarao en su tele y ambos se agarran a un término –“general”- utilizado en el comunicado para desarrollar y explicar una teoría perfectamente en sintonía con la de JMO. Y ya tenemos el engranaje en marcha, mentira a mentira construiremos la “verdad”; Gobierno y ETA van de la mano, “Zapatero y los asesinos son aliados potenciales” (esto también lo dijo no hace mucho JMO). Así es mucha de nuestra política y, sobre todo, así es mucha de nuestra información política. Se miente y a veces hasta se vence mintiendo. Y de eso sabe mucho JMO (que también podría ser acrónimo de Jeta Mentiroso y Oportunista, de ahora en adelante).
P.D. Y para terminar con buen rollo, con permiso de Forges:
Efectivamente JMO indiscutiblemente siempre miente, aquí el que dice la verdad es nuetro querido madridista, Multiministro-Presidente y anunciante de anís, el Ilmo. Sr. APR (Ambicioso Patrañero y Ruin).
Amén.
Es que el rencor es muy malo, me recuerda mucho -¿por qué será?- a un tal JMA (Jodión Malévolo Absolutista). Lo has bordado Enrique, incluyendo la viñeta, que le va al pelo.