Vuelta a los clásicos

Britain Tennis ATP Finals Federer (Suzanne Pulnkett, Reuters)

Ahora sí se puede decir: qué gran idea han tenido relegando el Barça-Madrid al lunes. Así hoy podemos disfrutar plenamente de todo un Nadal-Federer en la final de la Copa Masters de Londres. Porque este sí que es un clásico. De los de Lope de Vega, que en vez de capa y espada cruzan cinta al pelo y raqueta. Lo echábamos de menos. De aquella final del Open de Australia, cuando las lágrimas de Roger, va a hacer dos años ya, desde entonces solo se habían visto las caras en las dos últimas finales en la Caja Mágica de Madrid, una para cada uno, ambas en dos sets. Pero no en un grande de los grandes. De la histórica final de Wimbledon hace dos años y medio. Aquello parecía adelantar el ocaso de Federer y aquí está hoy. Durante 2009 algunos –bastantes- vaticinaron el final de Rafa, y aquí está hoy. Y está exultante, en el mejor momento de su vida, con tres grandes y en total siete títulos este año, consolidadísimo en el número uno mundial; Roger ya no llena su cesta de huevo como hiciera de 2003 a 2007, apenas cuatro este curso, pero ojo, uno de ellos fue el primer grande de la temporada. Sigue jugando como los ángeles, encadenando carambolas -como diría el abuelo de Nadal-, pero ya es más inconstante, menos infalible, perdona más. Tiene momentos que parece apático y de pronto te firma cuatro puntos primorosos como los que ayer le dieron el break definitivo ante Djokovic. El de Manacor ha mejorado golpes y ha templado su diapasón de juego, aún cojea a veces del servicio pero sigue teniendo cabeza y alma de granito puro, es capaz de hacer cinco aces frente a 22 de un Murray intachable, en una pista super rápida a medida del escocés, y terminar doblegándole casi in extremis. El balance particular entre ambos es muy superior a Nadal, 14-7, pero ojo, en pista rápida están igualados y bajo techo siempre venció el suizo. Rafa puede llegar con más desgaste, casi cinco horas sobre la pista en las últimas 48 horas, por apenas 80 minutos el de Basilea, si bien éste parece más necesitado de días de descanso. Sea como fuere, gane uno su primera Copa Masters o el otro su quinta, lo de hoy es para disfrutarlo. Los dos grandes maestros vuelven a citarse a orillas del Támesis, la Babolat en la zurda frente a la Wilson en la diestra, ¡vivan los clásicos!.

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