Cualquier juego de palabras o de letras será intencionado o casualidad, que cada uno opine libremente. Vivimos tiempos duros para los PIGS o para los PIIGS, según a qué pigs queramos incluir en el acrónimo. Les tienen el San Martín preparado y ellos lo saben y claro, como ninguno quiere ser el primero en ser pasado a cuchillo, se desmarcan unos de otros, “S” dice que él no es “I”, mientras la otra “I” intenta quitarse de en medio, que ella nunca estuvo ahí, y “G” dice que ya está bien siempre a él, que ahora le toca a otro. Y en esas estamos mientras ya los otros se relamen pensando en los chorizos y en los jamones.
Piggies es una canción de los Beatles compuesta por George Harrison –se dice que le ayudó John Lennon-, publicada en 1968 dentro del celebérrimo Álbum Blanco. Sí, solo es una canción que habla de cerditos pequeños que viven entre la mugre y van de mal en peor, y de cerditos grandes con camisa almidonada que salen a cenar con sus cerditas esposas y empuñan cuchillos y tenedores para comerse el tocino.
Nada más que eso, ¿quién va pensar mal?