Estos directores de informática

Te perdonan la vida y tú te les quedas mirando con cara de bobo. Estos directores de informática son tipos insólitos pero tú a su lado pareces el perro verde en la feria gatuna. Les llamas, les buscas desesperado, al borde del colapso, y ellos llegan tan tranquilos, dirías que no han hecho nada y ya todo funciona tan normal, te dan una explicación muy coherente, muy inteligente, muy convincente… pero no te has enterado de nada. Funciona y hasta la próxima. Entonces les das las gracias y te miran con asombro. Te sientes muy pequeño en un mundo de vacas sagradas. Estos directores de informática viven como reyes, tú crees, bueno, es que tú no les ves cuando se tiran toda una noche o todo un fin de semana migrando un servidor, haciendo back up de todo el trasterío que ha acumulado la empresa o simplemente cambiando todo el sistema de contraseñas. Da la casualidad de que siempre que recurres a ellos están tomándose un café, o viendo una peli en su monitor, y ni se alteran con tu gra-ví-si-mo problema que ellos resuelven dándole a una tecla –a veces ni eso- y te dejan compungido de haber montado ese escándalo por una tontería semejante. Es que el protocolo de acceso, es que los DNS, es que el servidor POP (lo mío es el rock, es la única tontería que se te ocurre)… No lo vas a entender nunca, que ellos lo han estudiado y tú ya te creías usuario avanzado porque abriste una cuenta en Facebook. Luego hay directores de informática –como el que hoy me ocupa- que también te llaman tonto sin decírtelo, pero estos lo hacen con más cariño, con una consideración mesiánica, sí, pero que te hace sentir hasta bien. Tampoco le des las gracias, invítale a un botellín y él te invitará a dos. Estos otros directores de informática –como el que me ocupa- parecen meditadores trascendentales, nada les conmueve por mucha hazaña que les cuentes, no se bajan de su karma pero te demuestran tu ignorancia con muy buen rollo. Por supuesto nada de lo que usas ni de lo que usa la empresa, nada de lo que sabes y nada de lo que consigues les llamará la atención, en cambio te hablan de aplicaciones, sistemas y entornos de programación que te suenan a chino pero no tienes más remedio que creerles. A estos directores de informática sí les crees, al que me ocupa hoy desde luego. No te va a dar una palmadita ni te va a decir qué bien lo haces, pero no te va a dejar colgado en la vida. Es más, se desvivirá por tu seguridad y tu bienestar tecnológico o no tecnológico. Y luego se meterá un bocata p’al cuerpo más amplio y sólido que el mainframe del Banco Santander. O te invitará a un fiestorro en su casa, eso sí que no se lo he visto a ningún director de informática. A estos que no les cuesta nada arreglar lo de los demás a veces les cuesta un poco más arreglar lo suyo, su configuración propia, y cuando el kernell se les pone rebelde a lo mejor lo pasan un poco mal. Es entonces nuestra oportunidad de ayudarles. A eso vamos, Fernando.