Eric Clapton

Hoy es el cumpleaños de Eric Clapton. En sus 65 le ha cabido prácticamente de todo. Reza una de las biografías que leo: “en 1974, ya rehabilitado de su adicción a la heroína y a la cocaína pero siendo aún alcohólico…” En 1971 se desmayó durante el Concierto por Bangladesh, le reanimaron y siguió tocando. Poco antes se había inspirado en un poema persa para dedicarle una canción a la mujer de uno de sus mejores amigos, y terminó conquistándola. Pero ya casado con ella tuvo una hija secreta con otra mujer. En 1991 su hijo Connor se mató al caer desde un piso 53. En 1983 tituló un álbum Money and Cigarrettes porque decía que llegaría el momento en que esas serían las únicas dos cosas que le quedarían. Le ves ahora y parece que no ha roto un plato el chico. Pero decíamos que le ha cabido de todo, y en efecto: tres veces en el Salón de la Fama del Rock (con The Yardbirds, con Cream y él con su carrera en solitario); 17 grammys entre 1972 y 2007; y la nómina de gente con la que ha tocado, formado grupo o colaborado, es sencillamente irreproducible por interminable. Es el artista que más veces ha sido invitado a tocar en álbumes de otros, de hecho fue el primero al que invitaron los Beatles para el inmenso When My Guitar Gently Weeps de George Harrison, que él además ayudó a componer –sí, su gran amigo George a cuya mujer el bueno de Eric engatusó, y tan amigos siguieron los dos, que muy buena gente hay que ser. Clapton, el Rey Clapton, fue siempre un tipo sociable y humilde –trabajó de obrero antes de dedicarse a la música-, ha combinado bien con muy distinta gente y estilos, no ha sacado pecho que se sepa y no ha caído mal a nadie. Del mismo modo, sin dejar de ser un purista del blues tradicional –profundo admirador del mítico y enigmático Robert Johnson– ha sabido también elevar el género y llevarlo a otros niveles, a citarse con el pop, el rock e incluso el reggae, y yo creo que le ha hecho un gran favor. Y sus manos. Creo que fue la revista Rolling Stone la que en los años setenta realizó una encuesta entre fans para que eligieran la mejor nariz, las mejores piernas, los mejores morros (aquí, claro, ganó Mick Jagger), etc entre los artistas del rock. Y de Eric fueron las mejores manos, las más lentas, las más suaves. Las que acariciaron primero una Gibson y luego una Stratocaster. Y las hicieron reír, gemir, llorar, saltar… la guitarra ascendió a ser humano en sus manos. Sí, hoy es el día de Eric Clapton. Y cuánto me gusta cumplir años el mismo día que él 🙂

No fue Layla la única canción que dedicó a Pattie Boyd, también esta: Eric Clapton, Wonderful Tonight, YouTube  Por cierto, si queréis brindar hoy por él –yo lo voy a hacer- nada como un Southern Comfort, licor de bourbon que sabe a pura madera. Él se habrá tomado unos cuantos, y mira qué bien le han sentado con el tiempo.