Tíos que son de fiar…o no

Un tío de fiar es Wayne Rooney. Le ha costado años llegar a ser reconocido como merece, pero esta temporada no hay quien le pare. Ni Cristiano ni Messi, con todos mis respetos el mejor delantero del momento está jugando en el ManU. Ayer parecía que se lo iba a perder, pero salió para decidir la Carling. Seguramente no va a ganar la bota de Oro porque en el Ajax está el uruguayo Luis Suárez, que los está metiendo en lotes aprovechándose de su talento y de las “terneces” defensivas de la liga holandesa. Pero el inglés está que se sale, es hoy por hoy el más decisivo en la Premier y posiblemente también en la Champions. Y ojo al Mundial… con permiso de Capello, claro.

Un tío que no es de fiar es Marchena. Hace meses oí que a Del Bosque no le gustaba y no le iba a llevar al Mundial, pero el caso es que ahí sigue en las listas. Ayer tuvo mucho que ver en el varapalo que se llevó el Valencia en el Calderón. De ganar 0-1 a ir empatados y con diez, un equipo que venía de jugar partido con prórroga el jueves. Todo por una mamarrachada suya. Y encima protesta, con esa cara de malo de película del Oeste. Vale que ese penalty –como una casa- lo pita el público y no el árbitro, que normalmente no detiene un partido para consultar una decisión con el cuarto trencilla porque se le estén echando encima, ya veríamos lo que hubiera sido de esta misma jugada en Mestalla, amén de que la misma –pero mismísima- la hizo Perea el jueves en Estambul y no pasó nada. Pero a lo que voy, Marchena ya se había ganado una tarjeta nada más empezar el partido por una entrada de esas tan suyas, sin medida, sin cálculo y sin reparar en consecuencias. Y luego la pifia que le manda a la ducha. Para empresas importantes, yo no me llevo a un tío que me puede dejar en cuadro a las primeras de cambio, es que juegas contra Honduras y al minuto quince ya le tienes con una amarilla, pues como será entonces contra Italia o Argentina. Y es que ni los años –y se supone la experiencia- le han dado un punto de madurez, de ponderar sus acciones. Tengo que decir que en la Eurocopa me sorprendió y estuvo perfecto. Pero no me fío de él.

Un tío que sí es de fiar es mi amigo Oñate, comentarista habitual de este blog. No vi el triste Anderletch-Athletic de la UEFA (perdón, de la Europa League) pero no me hizo falta porque aquí está la crónica  que me envió y a continuación reproduzco sin mover coma:

“No sé si vistes ayer el partido. Como tengo el canal + liga lo vi, no tenía nada que hacer a esas horas.

Antes había leído el teletexto de deportes de la española y ahí advertían de los posibles incidentes que podía haber después de lo acaecido en Bilbao. Según rezaba el teletexto "todo se desencadenó a causa del ‘viva España’ que comenzaron a cantar los radicales del equipo belga".

Yo empecé a flipar. Pero me pongo a ver el partido, y al momento 1 a 0, y ese estadio que comienza a cantar el famoso Viva España de Manolo Escobar, y así con el segundo, tercero y cuarto, todo acompañado con la ola. No eran solo tres o cuatro, sino ¡todo el estadio!. La verdad que me descojoné de risa. Mira que no soy españolista, porque todos los nacionalismos a estas alturas es algo totalmente desfasado y totalitario, pero lo de ayer tuvo que escocer y tela a todos los que estaban allí con las ikurriñas y las banderitas estas del acercamiento de presos.

Al final siempre te pagan con la misma moneda, como dijo en su momento Peinado a Jiménez”.

Gracias, Pepe. Y por cierto, las que no son de fiar –pero nada de nada- son las barandillas del estadio del Cartagena. ¡Vaya susto!