No nos creamos todo lo que nos cuentan, aunque lo que te cuenten parezca en serio y muy real. Pero que los perros de los ricos comen bastante mejor que los hijos de los pobres puede que sea verdad, esta vez sí. De La Boca a la Recoleta hay demasiados miles de kilómetros, aunque tus pies se crean que pueden recorrer la distancia sin problemas. Tu cabeza no llega a asimilar el viaje, y mucho menos si llegas y ves un cementerio rodeado de bares de copas y los pijos viendo y haciéndose ver. Bordeas los muros oscuros y la otra acera no cabe en sí de gozo y color. Puede ser ésta, no obstante, la ciudad más parecida a Madrid que vi jamás, más bien al Madrid de cuando era niño. A lo mejor por eso tampoco la comprendo. Maradona se lo lleva de calle, San Telmo sería mi barrio, la carne se hace eso… carne en su máxima expresión. Nos vamos. Tenemos que dejar esta ciudad y no tenemos tiempo para más. Ya lo explicaremos mejor.
El misterio Sur
