Vuelve SIMO, ¿qué SIMO vuelve?

En el último SIMO que hemos visto hasta ahora, en 2007, recuerdo que estábamos un grupo de innombrables (porque no los pienso nombrar) paseando por uno de los pabellones y nos decíamos medio maliciosamente: y el año que Microsoft no venga, ¿qué va a ser de todo esto? Un año después, un día de otoño, Microsoft anuncia que no acude a SIMO (ya habían hecho el mismo anuncio otras grandes compañías). No faltó ni una semana para que IFEMA anunciara la cancelación de la edición de 2008.

Ahora SIMO vuelve, y lo celebramos. Pero ¿qué SIMO vuelve? La organización aseguró entonces que iba a hacer un replanteamiento profundo de la feria. En fondo y forma. A escasos cinco días del “retorno”, es el momento de empezar a evaluar ese replanteamiento. Sí se ve que han cambiado aspectos de fachada: se celebra en septiembre, y no en noviembre; dura tres días en vez de seis; y no se abre al público general ni habrá fin de semana en olor de multitudes. En cuanto a las dimensiones de la feria, mucho más reducidas: un total de 309 empresas participantes, lejos de las más de 800 que se han llegado a alcanzar; se esperan 20.000 visitantes, frente a los 291.000 que acudieron a la última de 2007; solo dos pabellones, cuando creo recordar que hubo ediciones que llenaron los nueve de Ifema. ¿Más pobre o más realista? Hubo un SIMO, el de 1992, que me atreví a bautizar como el SIMO de la estampita. Era el más grande celebrado hasta entonces, pero estaba hueco por dentro. Llevaba una gabardina de Armani, pero no tenía para comprarse calcetines. Fue el último que organizó Citema, la sociedad que fundó el certamen y lo mantuvo durante más de 30 años. Al año siguiente ya tomó el relevo Ifema, fue un SIMO pequeño, como parece este, y entonces dije que al menos iba vestida de pies a cabeza, sin alardes, pero sin faltarle nada de lo esencial. Luego, con los años, ya tuvo para ponerse ropa cara. ¿Vamos a poder decir lo mismo de este SIMO Network? Está por ver. Al menos, esperemos que no sea un SIMOlacro.

En cuanto al contenido, habrá que conocerlo in situ pero voy a decir que de momento a mí, personalmente, no me lo han vendido lo que se dice excelentemente. Sí que hay un respaldo de empresas importantes, en concreto ocho grandes:  Everis, HP, Microsoft, Oracle, Sage, SAP, Telefónica y Vodafone. A HP habría que darle el premio a la fidelidad a SIMO, no le ha fallado nunca, ni siquiera el año pasado. Y Microsoft puede ser como Bolt en los Mundiales de Atletismo, la que tire de la feria para arriba. Con sus partners, va a ocupar entero uno de los dos pabellones. Y claro, van con Windows 7, justo a un mes de su lanzamiento mundial. Esa posiblemente será la gran noticia de SIMO, la que puede salvar esta edición, el contenido más importante y esperado. Pero claro, eso no será tanto un acierto de la nueva organización de SIMO como una gran y oportuna coincidencia en el calendario.

Luego, y desde el punto de vista de comunicación, dos cosas. La primera: desde que en abril se anunció la celebración del remozado SIMO Network hasta ayer, no he visto realmente una campaña ambiciosa dirigida a atraer, a caldear el ambiente de cara a la feria. No dudo que se haya trabajado, en su web hay colgados suficientes comunicados de prensa, pero yo he buscado y no he encontrado nada que me animara a escribir de SIMO, a ponerlo en mi agenda o a comentarlo con alguien. No había ruido. Hasta llegué a no tener realmente la certeza de si este SIMO finalmente se iba a celebrar. Ya digo, hasta ayer, y a lo mejor responde a una estrategia bien meditada y ellos saben muy bien el efecto que pretenden conseguir y cómo. Hoy sí es bastante visible. Y la segunda: hombre, también ellos sabrán, pero no me parece lo más acertado salir ya de antemano “esposados” con una importante editorial técnica y con un gran grupo mediático. Justo en una edición crítica para el futuro de SIMO, en la que lo que se diga de la feria va a ser quizás más importante que nunca, y por lo que van a necesitar el apoyo de todos los medios –técnicos, económicos, generalistas…- y de todos los ámbitos, no sólo de una parte o de dos partes. No creo que a día de hoy SIMO tenga necesidad de asegurarse una cobertura a riesgo de limitar sus posibilidades de obtener mucha más.

Por mi parte, opinaré según lo que vea, pero a SIMO siempre le doy un voto de confianza y allí procuraré estar. Debe ser lo que tienen tantos años de relación de amor-odio, que estas son las que al final te hacen repetir.  Aunque te la vuelvas a pegar. Pero ¿y si no?

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