Simplemente Bolt

BOLT_SFF_embedded_prod_affiliate_84Tienen razón los que hoy sostienen que es inútil desgañitarse en adjetivos. Porque ¿qué vamos a decir de lo de ayer sin caer en tópicos y en grandilocuencias que no van a aportar nada? Un nombre, Usain Bolt, y un número, 9.58, lo dicen absolutamente todo. Y las imágenes, claro está. He aquí una razón, la mayor razón para amar el atletismo. Y ha sido en Berlín. Pocos marcos más llenos de simbolismo. Respecto al nuevo record del mundo, tan solo me voy a permitir una reflexión: desde que Hynes hiciera los 9.95 en México, se tardó 15 años en rebajarlo dos centésimas, lo hizo Calvin Smith en 1983. Como lo de Ben Johnson no valió, en 1988 estábamos en los 9.92 de Carl Lewis, es decir, tres centésimas ganadas al crono en veinte años. En 1998 estábamos en 9.84, ya habíamos rebajado 11 a lo de México, un año antes de que Maurice Green nos llevara a 9.79, lo que significaba recuperar el tiempo perdido, era la marca del canadiense en Seúl, once años antes. En 2008, Asafa Powel tenía el record en 9.74 y Bolt lo llevó hasta 9.69. Lo de ayer, siendo pragmáticos, ha sido la carrera de Bolt en Pekin con Tyson Gay en pista y sin dejarse ir los últimos treinta metros. El rompecabezas sale a la perfección. Conclusión: en 40 años, y tomando de nuevo como referencia lo de Hynes, el hombre había progresado 21 centésimas en la prueba de la velocidad pura. En poco más de un año, un hombre ha hecho progresar al hombre 16 centésimas.  A lo mejor es que Usain Bolt no es en realidad tan veloz. Es que cuando él corre, el tiempo sólo anda.

FOTO: Michael Sohn / AP Photo

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