Los que jugaron ayer

Bueno pues, ¿a que no soy un agonías y ha habido que sudar para ganarles a los turcos? Pero podemos estar más que satisfechos de esta selección, que no sólo juega de seda cuando pintan oros sino que sabe tirar de garra, oficio y sentido de la competición cuando la situación lo requiere. Otra selección nuestra de otros tiempos se hubiera desmadejado con el ordenado planteamiento de los turcos aquí y se hubiera derretido en el ardor y la pasión (vale, reconozco que justo este es un sustantivo de muy fácil recurso aquí) que se derrochó ayer en Estambul.

Pero como hoy todo son parabienes, mira por dónde yo voy a meter el dedito en una zona sensible. ¿No es verdad que ayer Güiza hizo en cinco minutos todo lo que no hizo Torres en 85? De verdad, no es que yo venga ahora a discutir al Niño. No cuestiono sus condiciones de delantero descomunal ni el potencial que aún tiene. Ni pongo en duda que ayer, como otros días, lo dio todo en el campo. Lo intentó todo. Ayer no le salió nada, no tuvo su día. Otros días sí le sale ¿eh?, pero aún así, voy más allá. Así como el estilo y la forma de moverse de Torres encajan como un guante en el juego del Liverpool de Benítez, en la selección no acabo de verle cómodo. No encuentra el sitio igual, no tira igual los desmarques, no ve los de Xavi, Silva o Villa cuando le acompañan. No acierta en la elección de las jugadas. Cuando España entra en velocidad por las bandas no corre a buscar el primer o segundo palo para un posible centro, se queda en el borde del área esperando ¿qué? Sale Güiza unos pocos minutos y en seguida se ofrece cayendo a las bandas o busca las líneas de la defensa, se inserta en ellas, se para y arranca en el momento exacto, y cuando pisa el área siempre levanta la cabeza y elige la mejor opción, sea la suya o la del compañero que viene de frente. ¿Fue ayer? Sí, fue ayer. Y fue en octubre en Bélgica, donde también salio en el minuto 84 y dio un centro magistral a Villa para el gol de la victoria. Y fue en las semifinales de la Eurocopa contra Rusia, justo en los minutos en los que el fútbol de la Roja alcanzó su cumbre en el torneo.

En fin, no quiero yo abrir un debate –de esos que tanto nos han gustado siempre cuando se trata de la selección- ni poner de uñas a los fans del niño Torres ni buscarme enemistades en el Banco Gallego, que un banco siempre es mucho banco incluso en los tiempos que corren. Más que nada,  reseñar este detalle y dejar constancia de los extraordinarios delanteros que aquí tenemos, citando también a Fernando Llorente, que en los minutos que lleva jugados con la selección también ha ofrecido detalles similares a los que he comentado de Güiza. Y cuando este finde, en la Premier, Fernando Torres clave dos golazos y, más aún, contra el Chelsea la semana que viene, yo también ensalzaré el pedazo de delantero que es.